Con cientos de iniciativas de inteligencia artificial ya implementadas en Flexa Nube —Al generar menores costos operativos, automatización de procesos y mayores ingresos—, es evidente que la diferencia entre profesionales exitosos va mucho más allá de comprender las últimas modas. Lo que separa a quienes realmente ofrecen resultados de quienes solo prometen es la valentía para afrontar el trabajo duro: establecer objetivos claros, ajustar procesos y exigir el compromiso del cliente en cada etapa.
La parábola del AbShaper
A los 16 años, vi un anuncio de una máquina abdominal "milagrosa" llamada "zeroonze fourteen zeromeia", la añorada por tanto tiempo. Las imágenes mostraban hombres con cuerpos tonificados sin esfuerzo; compré el producto motivado por la "promesa" y el subidón de dopamina que me proporcionaba. Pero cuando lo recibí en casa, descubrí que era yo quien hacía el verdadero trabajo: cientos de ejercicios abdominales diarios. Hoy, la máquina yace olvidada en un rincón de la casa de mi madre.
Si alguien me ofreciera: "Paga por AbShaper y, durante tres meses, haremos 40 minutos de abdominales juntos todos los días; te garantizamos un abdomen marcado", me negaría rotundamente. La experiencia me ha enseñado que no hay atajos para el esfuerzo disciplinado, lo que nos lleva a un paralelismo directo con los proyectos de IA.
Estadísticas que no podemos ignorar
- 70-85% de los proyectos de IA fracasan, según encuestas de Gartner, McKinsey y RAND.
- Menos que 40% de las empresas que han invertido en IA en los últimos tres años reportan ganancias financieras mensurables, según un estudio del MIT.
- Em 2025, 42% de las organizaciones han descartado la mayoría de sus iniciativas de IA, frente a 17% en 2024, según S&P Global.
Estas cifras revelan un escenario en el que muchas empresas apuestan por la "promesa de la IA" sin tener claros los objetivos de negocio, los presupuestos específicos ni la gobernanza de datos. ¿El resultado? Montones de proyectos inconclusos, expectativas frustradas y una rentabilidad de la inversión inferior a la esperada.
El trabajo que nadie quiere hacer
En casi todas las historias de éxito que hemos liderado, hemos identificado pasos cruciales que nuestros clientes han tenido que seguir:
- Gobernanza y calidad de datosLimpiar, organizar y etiquetar datos heredados puede llevar meses, pero es la base de modelos sólidos.
- Rediseño de procesos:Adaptar los flujos de trabajo internos para incorporar la automatización requiere revisar los roles y capacitar a los equipos.
- gestión del cambio:Superar la resistencia interna mediante talleres, pilotos controlados y comunicación transparente.
- Iteración y validación:pruebas constantes, ajuste de hiperparámetros y validación continua de resultados para garantizar que el modelo aprenda de manera efectiva.
- Medición del rendimiento: definir KPI realistas (como reducir el tiempo de servicio en X% o aumentar las ventas en Y%) y monitorear paneles de control en tiempo real.
Sin esta disciplina, cualquier IA se siente como un “juguete caro”, como el inútil AbShaper.
El coraje de ser realista
Aunque muchas empresas esperan un retorno de la inversión (ROI) inmediato del 50 % o superior, la realidad suele apuntar a una rentabilidad media modesta, del 5 % al 10 % durante el primer año. Los profesionales de éxito saben cómo comunicar esto claramente a sus clientes: «La IA no obra milagros por sí sola; mejora sus operaciones, pero no reemplaza el trabajo humano».
Tener coraje, en este contexto, es:
- Rechazar proyectos que no tengan patrocinador ejecutivo o presupuesto permanente.
- Reformular las expectativas: explicar el plazo de seis a doce meses desde la maduración hasta obtener una ganancia significativa.
- Negociar contratos basados en resultados e hitos, en lugar de prometer “plantillas mágicas” que solucionan todo.
El camino al éxito
Para escapar del efecto AbShaper y convertir la publicidad en valor, siga esta guía práctica:
- Alinear los objetivos de negocio antes de elegir la tecnología.
- Procesos de mapas para identificar cuellos de botella reales.
- Invertir en datos (ingenieros, herramientas de calidad, tuberías automatizadas).
- Empoderar a los equipos interna y garantizar el patrocinio del liderazgo.
- Implementar en fases, probando los resultados a pequeña escala antes de ampliarlos.
Con este método, puede reducir el riesgo de fracaso, acelerar el retorno de la inversión y generar confianza para proyectos futuros.
Conclusión: Más allá de la publicidad, la inteligencia humana
Así como el polvoriento AbShaper me recuerda a diario que no hay resultados sin esfuerzo, los proyectos de IA solo generan valor cuando todos los involucrados se dedican. La verdadera diferencia radica en la valentía para realizar el trabajo "poco glamoroso" (limpieza de datos, cambios de procesos y monitoreo continuo) y la humildad para reconocer que, por muy sofisticada que sea la tecnología, es solo una herramienta. Es la combinación de inteligencia artificial y esfuerzo humano lo que crea un valor auténtico y sostenible.