Si tiene miedo de adoptar la computación en la nube debido a los costos, puede estar seguro de que su empresa está gastando mucho más sin estar en la nube. Esto se debe a que mantener su propia infraestructura exige costos con software, hardware, facturas de energía, personal dedicado, entre otros gastos.
Al invertir en la nube, adopta la reducción de costos de una manera más práctica, además de disfrutar de todas las facilidades de la tecnología.
Cuando su sistema no está disponible debido a cortes de energía o problemas internos del servidor, su negocio está perdiendo dinero. Esto no es un problema en la nube, que funciona con lógica SaaS (software como servicio), lo que garantiza una disponibilidad total sin tiempos de inactividad ni pérdida de productividad.
Desde el momento en que su empresa crece y necesita expandir su operación, necesita una TI que pueda manejar esta demanda; lo mismo ocurre con quienes trabajan con negocios estacionales. Y no hay nada mejor que la nube para eso, ya que ofrece escalabilidad ilimitada, lo que significa que puede escalar hacia arriba y hacia abajo con facilidad.
Cuando no tiene computación en la nube, es probable que tenga costos altos con actualizaciones o picos de acceso que interrumpen su sistema.
Adoptar la tecnología de la nube también está creando la posibilidad de acceder a los datos cruciales de su empresa desde cualquier lugar, incluso desde su teléfono celular. Fuera de la nube, estos datos están restringidos a una sola computadora, lo que no solo compromete la flexibilidad de las prácticas de trabajo, sino que también pone en peligro la seguridad de la información en caso de un problema con la máquina.
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